3. Crisis y Representación / Crisis and Representation

CRISIS Y REPRESENTACIÓN

Argentina 2001 fue un laboratorio para el capitalismo neoliberal, uno de los ejemplos inaugurales de la barbarie que se ha producido por las medidas de ajuste, recortes del gasto público y privatizaciones. La sumisión a las decisiones de los organismos internacionales de crédito y la presión de los mercados, con la complicidad de los agentes locales, sumió al país en una oscura madriguera. El caso argentino funcionó como un modelo que ejemplificó “lo que no se debe hacer”, y parte de la sociedad aún continúa sufriendo las consecuencias de aquellas políticas.

Asombrosamente, después de una década de profundos cambios políticos, el país se exhibe al mundo como “un ejemplo para salir de la crisis”. Paradoja de este efecto espejo, el escenario actual aparenta ser el reflejo invertido de aquel otro contexto, pero sin embargo todas las medidas económicas que se aplican en éste momento en gran parte del mundo occidental, son exactamente las mismas que tomó Argentina previamente al colapso económico social.

¿Cuáles han sido las consecuencias de las crisis y cuál es su representación? Desempleo y precarización del trabajo, inseguridad alimentaria, exilios disimulados de migración, fuga de cerebros y de capitales, violencia física y psicológica. Sin embargo, el cuerpo social resistió durante años y respondió a los efectos de la crisis en un laboratorio de creatividad permanente: anónimos organizados, trabajadores y desocupados, piqueteros, y organizaciones sociales, jóvenes estudiantes y niños, de todos los colores y banderas, encontraron las respuestas que el Estado era incapaz de dar. Fábricas recuperadas por sus trabajadores nos enseñaban a repensar qué es el trabajo. Medios de comunicación alternativa colgaban antenas para transmitir la contra-información que los medios hegemónicos ocultan. Asambleas barriales tomaban decisiones inmediatas para responder a la represión y la crisis. Elaborados sistemas de economías paralelas basadas en el trueque junto a experiencias culturales y artísticas abiertas para todos y todas al calor de las barricadas. Los escraches buscando la condena social frente a la carencia de Justicia Formal se reproducían, masificaban y desplazaban hacia bancos, corporaciones e incluso al mismo parlamento. Hoy, después de diez años, continúa ardiendo la retina cristalizada por la lacrimógena memoria de aquellos momentos.

Como la onda expansiva de aquel instante de explosión colectiva, SUB Coop, la cooperativa de fotógrafos surgió a partir del devenir que marcó esa época. Sus fotografías, generadas por individuos colectivizados durante aquellas jornadas de diciembre, hoy forman parte de un extenso archivo fotográfico que recupera fragmentos de aquel momento histórico. Reproducimos una captura épica que Nicolás Pousthomis disparó desde su cámara cargada con una añejada película blanco y negro. De aquella serie, elegimos una imagen situacionista, registro del combate cuerpo a cuerpo en las calles por la libertad y la dignidad. Nos servimos de esta imagen como un documento histórico que actualiza aquel contexto de 2001, lo universaliza y lo refracta hacia el futuro.

La sala-territorio es dividida por un vallado policial. Allí, donde alguna vez fueron instruídos los Suboficiales, está situada Piedrada, una instalación de Carlos Trilnick. El corralito, los saqueos, la violencia institucional, la devaluación; esta obra incita al espectador a sacudir sus recuerdos y hacer vibrar nuevamente esas vallas simbólicas y reales.

La apuesta a una memoria a mediano y corto plazo, que retumba como el eco de aquellos volátiles adoquines que ayudaron a potenciar la transformación social post-2001. Esta valla es una metáfora que pone en contraste la invisibilidad de la protesta, con la permanencia de algunas de ellas para custodiar puntos estratégicos de la ciudad. Trilnick nos invita a arrojar una piedra imaginaria como souvenir de los cacerolazos que aún resuena en nuestros tímpanos y se amplifica hacia otras latitudes.

Como una lejana postal de la Plaza Tahrir (Plaza de la Liberación) detrás del campo de custodia enrejado, flamea la consigna escrita en árabe

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Al observarla del otro lado, se lee la misma leyenda ¡QUE SE VAYAN TODOS! escrita en castellano. La crisis aúna los cánticos: “no nos representan”, “abajo el capitalismo”, “error del sistema”, “democracia real” son reflejos de la Argentina 2001, retomados y reescritos desde los Indignados en Plaza del Sol hasta los activistas frente al Partenón de Atenas, cuna de nuestra occidental concepción de democracia y política. Exponemos esta bandera reversible que fue utilizada por las brigadas erroristas durante 2011, flameando un tag en árabe, que recorrió el mundo virtual a la velocidad de un tweet para solidarizar dos primaveras hermanas.

Nuevos puntos geopolíticos aparecen en este recorrido a través de la crisis de representación global: el elefantico tambalear de las monarquías europeas y los regímenes autoritarios en Oriente Medio y África, son reflejos refractarios de aquel espejismo.

Pero ahora retomémonos nuestro deambular por este camino incierto y regresemos a Argentina. Por un instante encendemos un televisor y como una ráfaga de ametralladoras las imágenes perforan nuestras pupilas. Los sueños de los pobres se han convertido en concurso. “Hacer el bien” está de moda. Un premio por bajar de peso y otro por engordar. Vedettes clonadas legitimando la violencia de género e informativos degenerados creando el pánico colectivo. La realidad está siendo guionada desde el discurso de la violencia y la inseguridad, generando paranoia y terror. La vida está en juego y es el juego de la vida.

Y como si la propia vida fuese un casino donde hay que jugársela, entramos a la feria de las desgracias, es La Rueda del Infortunio un objeto-instalación creado por el artista uruguayo Fabián Crespi. La máquina se basa en el clásico juego de feria la rueda de la fortuna. Sin embargo aquí Fabián nos invita a un escalofriante itinerario por los diez números de la ruleta, que son también las memorias de su propio diario de vida de una década, que va desde 2002 hasta la actualidad. Al hacer girar la rueda del infortunio, que se activa con la participación del público, recibirá los siguientes resultados dependiendo de su azar: “Le retienen sus ahorros, lo pierde todo”. “Logró sacar la plata del corralito, obtiene otro turno”. “Recibe un palazo en una manifestación, retrocede tres casilleros”. “Recupera el trabajo, avanza seis casilleros”, de esta manera el público deberá responder a determinados juegos de ingenio para intentar descifrar las claves de su propio destino.

Cansados de esta guerra mediática apagamos el televisor y corremos la cortina y abrimos la ventana. Frente a nuestra casa en Buenos Aires, nuevos edificios de durlock se levantan y se superponen por doquier. Uno tras otro, como una torre de babel. La crisis generó desplazamientos urbanos y especulación inmobiliaria, los alquileres se tornan inalcanzables y algunos barrios porteños comienzan a homogeneizarse clonándose globalizadamente.

 Mueble-Inmueble de Ezequiel Verona es una serie de monolíticas esculturas que interpelan la fragmentación y privatización del espacio urbano. Esta serie de obras devienen de otras anteriores, basadas en puertas y ventanas clausuradas que ocultan en privado algún secreto familiar guardado en la intimidad de un recuerdo. La atomización un trasunte abrumado en una ciudad que se derrumba y reconstruye en una micro guerra inmobiliaria. Esculturas construidas con de restos de demoliciones, antiguos mobiliarios artificiales simulando las paredes de una antigua casona, despliegan una memoria de lo borrado por el paso de la gentrificación (aburguesamiento) de la ciudad. Ezequiel construye un memorial de fragmentos de arquitecturas desaparecidas, haciendo referencia al vaciamiento del espacio público encubierto en el pretexto de la restauración y el mantenimiento. La casa de barrio que tiende a desaparecer debido al supuesto progreso urbanístico y la especulación.

Continuamos recorriendo los rincones de este gran hangar disfrazado de sala de exposiciones y descubrimos la instalación que el artista brasilero Daniel Murgel construyó Amnesia- Construir Para Destruir, durante su residencia en Buenos Aires. Murgel opera como arqueólogo de lo que está en desuso, arquitecto loco que niega su propia profesión, intentando liberarla de su rol de progreso. Si la arquitectura y el urbanismo están empecinados por destruir lo poco y nada que nos queda. Daniel intentará crear ruinas de ladrillos, hierros y cementos para que la memoria botánica vuelva a florecer. Su obra propone una crisis permanente cuando se opone a cualquier programa urbanístico normalizador y en sus manos una habitación de una casa burguesa puede pasar fácilmente a convertirse en una favela. La cuna de un bebé, en una cárcel para árboles. Las encinas de un parque, en una excavación arqueológica, para recuperar la misma tierra removida y convertirla en ladrillos.

La exposición El camino incierto al país de las maravillas estaba prevista a inaugurarse en diciembre de 2011, en el marco de las actividades organizadas para el 10º aniversario de la sublevación social Argentina del 19/20 de diciembre de 2001. Finalmente, la muestra fue reprogramada para junio de 2012 y, para darle continuidad al proyecto, se realizó durante diciembre un experimento colectivo titulado CRISIS Y REPRESENTACIÓN. http://crisisrepresentacion.wordpress.com/

Este evento fue el primer momento del proyecto ESPEJOS que forma parte de la plataforma AND, AND, AND. Esta plataforma es coordinada por artistas del colectivo 16 Beaver (Nueva York), René Gabri y Ayreen Anastas, quienes utilizan los recursos, espacios y la comunicación institucional de la edición de la exposición quinquenal para visibilizar un conjunto de acciones o eventos de grupos e individuos en solidaridad que despliegan un mapa de oposiciones emergentes. Esta exposición será llevada adelante por artistas de dOCUMENTA (13) y exhibida en la ciudad alemana de Kassel entre junio y agosto de 2012. www.andandand.org

Arriba en la foto: Emplazamiento de la placa “IN MEMORIAM 2001-2011 / que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Sitio donde se realizaba la asamblea interbarrial durante la crisis. Parque Centenario,

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