2. A través de los Espejos/ Behind Mirrors

A través de los Espejos

El espejo, como objeto de consulta cotidiana, es un oráculo que nos muestra sin piedad el paso del tiempo. Se dice que los cuerpos sin alma no se reflejan ante ellos. Por eso, asociamos las imágenes que en él se reflejan con el espíritu de quien observa, y al mismo tiempo, se observa a sí mismo.

Al ingresar a una sala de exposiciones de arte contemporáneo es normal sentirse desorientado dentro del cubo blanco. ¿Dónde estamos? es una pregunta recurrente, al recorrer los no-lugares preparados específicamente para la función expositiva. El artificial ambiente, vacío y aséptico, tan usual en los museos y centros culturales, pretende, antes que nada, constituir la neutralidad como elemento objetivo para lograr una de-contextualización, cualidades y requisitos supuestamente necesarios para observar y apreciar las obras exhibidas. Al caminar por las salas no es difícil sufrir una especie de amnesia temporal y olvidar por unos instantes dónde estamos. Pero, nos encontramos en un “espacio para la memoria” y es nuestro deber socavar detrás de las blancas paredes para devolverle, de alguna manera, su verdadera función testimonial.

En este experimento la hipótesis es el señalamiento: nos encontramos en los edificios donde una serie de nuevas instituciones que ocupan el espacio de otras viejas instituciones, ambas antagónicas entre sí (Organismos de Derechos Humanos/ Fuerzas Armadas). Durante más de un centenar de años el espacio funcionó como escuela de formación en mecánica militar con la consecuente doctrina castrense, régimen de control basado en castas y rangos de obediencia obligada. Posteriormente, el predio fue base de operaciones de la Dictadura y funcionó como Centro Clandestino de Detención, tortura y exterminio. Hoy nos encontramos en un Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos. Durante las primeras semanas de investigación, decidimos trazar una ruta a través de la transformación simbólica del espacio y su arquitectura; así notamos que sobre el piso de la Sala 1, donde hoy se encuentra la exposición, se pueden observar dos grandes piezas semicirculares de concreto. Al visitar el espacio junto a varios de los artistas invitados, casi todos querían hacer algo o intervenir esas bases. Consultamos en el Centro Cultural acerca de estos elementos, y nos comentaron que dichas estructuras forman parte del patrimonio institucional por lo que no pueden ser modificadas. Meses más tarde, buscando material de archivo en internet, descubrimos una documentación en video realizada durante la ceremonia de apertura del espacio en 2004, donde se puede ver la antigua funcionalidad de dichas bases, como soportes para la reparación y estudio de baterías antiaéreas y otras armas de guerra.

Este hallazgo fue un punto de partida en éste camino incierto y continuando en la misma dirección, quizás usted se preguntará nuevamente: ¿dónde estoy?.

* Las imagenes de los primeros 5 minutos del video que compartimos aquí, filafueron una revelación: http://www.youtube.com/watch?v=DnzyUDkDF-I

 

Hace más de un año que Alejandra Fenochio pinta dentro del predio de la ex ESMA, su serie de paisajes titulada Dónde? En un ejercicio pictórico-existencial, sus cuadros de pequeño formato funcionan como los elementos de un atlas fragmentado, una memoria representada de lo que fue y lo qué es. En su obra recientemente realizada, ella nos invita a cruzar el espejo y descubrir la memoria de la naturaleza, testigo inmanente del paso del tiempo y de la historia, en arquitecturas y arboledas que narran lo irreparable.

Un inventario de recuerdos contenidos en los recortes, ángulos y perspectivas, casi cinematográficas, que Fenochio retrata en sus pinturas. Reaparece así la imagen del Mnemosyne de Aby Warburg, el historiador inglés que tuvo la ambiciosa idea de elaborar un atlas de imágenes y se propuso coleccionar, durante el transcurso de su propia vida, láminas cargadas de imágenes con las que pretendía conformar un atlas de la memoria, que le permitiese “contar un cuento de fantasmas para adultos” sólo con ilustraciones. En una escala menor, pero con la misma intensidad, los paisajes, edificios y naturalezas pintadas insitu por Fenochio, retratan la ausencia como testimonio y nos invitan a ingresar por los recovecos del espacio y su arquitectura, a través de las machas de su trazo sobre el lienzo.

 

Como elementos referenciales al relato histórico de El Camino Incierto al País de las Maravillas, presentamos dos archivos cruzados. Las ediciones que integran el informe de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) conocido como Nunca Más, publicado por primera vez en 1984 y reeditado luego conjuntamente por el diario Página/12 y la editorial EUDEBA, con ilustraciones del artista León Ferrari. Junto a ellos, una serie de fascículos del Diario del Juicio (editorial Perfil), un periódico en formato tabloide que se encargó de documentar, en 36 capítulos, el proceso de los Juicios a las Juntas que comenzaron en 1985, donde se sentenció y condenó a los integrantes de la dictadura militar.

Ya en aquel entonces los juicios, fueron diseñados y montados como una ambiciosa puesta en escena y fueron televisados fragmentariamente y sin sonido. La radio tampoco podía trasmitir o reproducir los audios, así que gran parte de la información que se dio a conocer públicamente, fue gracias a aquellos órganos gráficos (Del estrado a la pantalla. Las imágenes del Juicio a los ex Comandantes en Argentina, Claudia Feld, editorial Siglo XXI).

Meses después, el 24 de diciembre de 1986, comienzan a cerrarse los procesos con la sanción de las llamadas “Leyes de Impunidad”. En primer lugar, la Ley de Punto Final (23.492) promulgada por el presidente Raúl Alfonsín, estableció la caducidad de la acción penal (prescripción) contra los imputados como autores penalmente responsables de la desaparición forzada de personas. Posteriormente se acentuaron

estas políticas cuando se promulgó, la Ley de Obediencia Debida (23.521), mediante la cual los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas no eran punibles, por haber actuado en virtud de la denominada “obediencia debida” (concepto militar según el cual los subordinados se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores). Terminó por darse cierre a los procesos de Verdad y Justicia en 1989, cuando el entonces presidente Carlos Menem realizó los indultos, liberando a la totalidad de los genocidas que aún debían cumplir condena.

 

Luego de más de veinte años de impunidad gracias a la lucha permanente de los organismos de derechos humanos junto a militantes de otras organizaciones políticas, con escraches y movilizaciones frente a los domicilios de los represores, generaron

conciencia social y presión institucional. Fue a partir de 2004 durante la presidencia de Néstor Kirchner cuando las demandas de justicia comienzan a ser tomadas en cuenta por el Estado. En Junio de 2005 la Corte Suprema declara la inconstitucionalidad de

las Leyes de Impunidad decretadas décadas atrás y de esta manera se reabren los procesos judiciales.

Luego de más de veinte años de impunidad gracias a la lucha permanente de los organismos de derechos humanos junto a militantes de otras organizaciones políticas, con escraches y movilizaciones frente a los domicilios de los represores, generaron conciencia social y presión institucional. Fue a partir de 2004 durante la presidencia de Néstor Kirchner cuando las demandas de justicia comienzan a ser tomadas en cuenta por el Estado. En Junio de 2005 la Corte Suprema declara la inconstitucionalidad de las Leyes de Impunidad decretadas décadas atrás y de esta manera se reabren los procesos judiciales.

Un nuevo escenario posible para la búsqueda justicia efectiva y real para los responsables de los crímenes y desapariciones parece haber comenzado. “Los juzga un tribunal, los condenamos todos“ fue una convocatoria de la agrupación Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S) y el Instituto Universitario nacional del Arte (I.U.N.A) en la que se invitó a artistas y estudiantes de Bellas Artes, a dibujar/documentar durante las audiencias de los nuevos juicios. El motivo de este llamado tenía una clara funcionalidad, puesto que aún hoy, los juicios no pueden ser abiertamente televisados, ni fotografiados, pero en cambio, si está permitido tomar notas y realizar dibujos durante las audiencias. De esta manera Azul Blaseotto asistió a dichas jornadas en los tribunales de justicia y se convirtió en una documentalista, dibujando testimonios, alegatos y defensas, rostros y expresiones allí presentes. En su instalación gráfica, recupera el protagonismo de uno de los personajes de sus comics: la alocada súper héroe Frau-K, quien, acompañada por croquis y bocetos que fueron realizados durante los juicios provoca un desplazamiento de contexto que reactualiza los archivos del Diario del Juicio de los años ´80, poniéndolos en dialogo en con el presente en una sala de audiencias en 2D.

Luego de caminar una hora hacia adentro, volvemos a las preguntas. ¿Qué hacen los traficantes de tiempo con todas las horas robadas? ¿Qué harán con tantas horas acumuladas? Jenny Wolka y Ezequiel Monteros, trabajaron durante dos años removiendo recuerdos escondidos en la población de Famaillá en Tucumán, que documentan relatos orales de campesinos y vecinos, sobrevivientes del primer experimento represivo perpetrado por el Ejército Argentino junto a la AAA (Alianza Anticomunista Argentina) en 1975. Víctimas del denominado “Operativo Independencia” realizado con el pretexto de aniquilar a la Compañía Ramón Rosa Jiménez del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), que asesinó a guerrilleros, campesinos, ayudistas y militantes enviados a apoyarlos.

En su nuevo proyecto, la video instalación Una Hora Hacia Adentro, la dupla de artistas se pregunta acerca de lo que no está; del tráfico de aquello que ha sido robado y que se acumula en algún lugar de invisibilidad. En su video instalación, imaginan un objeto, una forma o un sistema propio de orientación que no solamente sirva para preguntarse: ¿Dónde están los desparecidos? Sino también para preguntarnos: ¿Dónde estamos nosotros? Fuera de aquí, una hora hacia adentro del Río de la Plata, ellos buscan mediante imaginarias cartas navales, que los ayuden a encontrar una orientación geográfica. La obra se transforma en la búsqueda incesante de aquellos cuerpos ausentes. Subidos en una máquina de vuelo, los artistas realizarán un itinerario para tratar, en sólo 60 minutos, recuperar las horas robadas.

Otro elemento alado aparece en esta narración. La obra que presenta Sergio Lamanna, es un avance de tecnología anatomopolítica, un prototipo de su proyecto Biomecánica Ícaro. Una herramienta de doble sentido, modelo para volar, dotado de alas y plumaje acrílico, articulado por bisagras y poleas, que debe ser activado a través de la   participación del público.

Los cuerpos dóciles y la biomecánica, son reflejos de una misma situación. Como sistema de formación física disciplinaria de rendimiento cuyo objetivo es construir control social. Sergio utiliza a estos cuerpos, que él mismo fabrica, para crear un plumaje traslucido, que con la ayuda de la fuerza humana liberada de la biomecánica, quizás nos ayude a escapar de la ex ESMA.

Si miramos detrás de los espejos, hay un sin número de fechas grabadas. Entre ellas 1936, año en que se produjo el golpe de estado que daría paso a la guerra civil española. En 1939 el franquismo daba fin a La República, instalándose en el poder hasta el año 1975. El bando republicano que fue derrotado por el bando nacional, estuvo constituido en torno al gobierno legítimo de España: el Frente Popular, una coalición de partidos marxistas, republicanos, anarquistas y nacionalistas, apoyados por el movimiento obrero, los sindicatos y los demócratas constitucionales. A más de 76 años de iniciada esa guerra y su posterior dictadura, aún se realizan exhumaciones en búsqueda de los cuerpos desaparecidos.

En el Cementerio Civil La Almudena en Madrid, se encuentran enterrados, entre otros: presidentes, dirigentes, intelectuales y artistas de los sectores de la izquierda republicana y el anarquismo. Como una especie de muralla callejera, las lápidas están llenas de imágenes y consignas grabadas en epitafios. Las obras del colectivo Democracia parecen estar marcadas por la larga tradición de resistencia cultural al fascismo franquista. Ser y Durar, video y fotografías presentadas aquí, son un reflejo entre lo que se olvida y lo que perdura. Democracia, trazó un recorrido por tumbas y lápidas en el cementerio e invitó a un grupo de Traceurs, practicantes de una de las más recientes expresiones de la cultura urbana: el Parkour o arte del desplazamiento, a realizar un recorrido entorno a dicha narración. Parkour es una disciplina física cargada de filosofía que consiste en desplazarse por territorios urbanos superando los obstáculos que se presenten en el recorrido (vallas, muros, paredes,etc) en la forma más fluida y eficiente posible y con las únicas posibilidades que ofrece el cuerpo humano. El traceur (trazador) marca su propio camino a través de los obstáculos urbanos imponiendo su ruta sobre la funcionalidad de la ciudad. Una psicogeografía situacionista, donde el ciudadano, en vez de ser prisionero de una rutina diaria, atraviesa las situaciones urbanas de una forma nueva y radical.

Una coreografía entre la ausencia de los cuerpos que ya no están y se representan en frases grabadas sobre placas y memoriales de fría piedra, en contraste con esos cálidos cuerpos que danzan en las cornisas de la vida, abrazando muros y saltando al vacío, desacralizando así al propio cementerio. La guerrilla de Traceurs lleva en su lema “el día en que todo sea plano, estaremos muertos” y el mármol de los epitafios del Cementerio de Madrid responde “no lloréis mi muerte, proseguid la lucha, adelante siempre, por encima de mi tumba”.

Como cierre de este capítulo, presentamos un antecedente sustancial para nuestra investigación. Memoria en construcción, el debate sobre la ESMA, un libro (La Marca editora, 2005) y una exposición en el Centro Cultural Recoleta, donde convocados por

Marcelo Brodsky, artistas, intelectuales y organismos de derechos humanos conforman este volumen en donde se debate el destino del predio. Además de textos y obras artísticas, se publicaron por primera vez fotografías de un grupo de detenidos desaparecidos en la ESMA, junto a imágenes del centro clandestino que fueron tomadas y rescatadas por Víctor Basterra, quien junto a otros prisioneros, integró forzadamente un servicio de falsificación de documentos montado por la Armada en la ESMA, entre 1980 y 1983.

Uno de los materiales que enriquecieron el debate fue publicado en un dossier donde se discute la creación del Museo de la Memoria (finalmente, Espacio para la Memoria) y el futuro del predio de la Avenida del Libertador. En las páginas 224-225 de dicho libro, Propuestas de uso para el predio de la ESMA se puede leer un segmento donde se resumen las propuestas contratantes, de cada uno de los distintos Organismos de Derechos Humanos que participaron en ese momento decisivo. Incluimos el libro para su consulta.

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